miércoles, abril 03, 2013

Hice lo imposible.

Hace unos meses atrás tuve el valor de verte cara a cara. Tuve el valor que tú no tuviste ni para decirme lo que sentías. Teniendo en mente que tal vez esto no se arreglaría, fui. Me amarre todos los órganos internos y fui. Antes de tomar ese vuelo que tanto quería cancelar... tome aire, y me dije a mi misma "Se fuerte, pasara lo que tenga que pasar. Todo será por tu bien." Antes de estar en el aeropuerto habíamos platicado pero como siempre terminamos peor que lo que ya estábamos. No recuerdo exactamente tus palabras pero hay unas que quedaron tatuadas en mi corazón; "Tu tiempo ya expiro." Esas palabras entre otras fueron las más crueles que me llegaste a decir. Fue ahí cuando recordé cada momento, risa, travesura, pelea, abrazo, beso... fue ahí cuando recordé que te amaba tanto que lo mejor era levantarme del piso, y ser fuerte. Esta vez seria fuerte por mí, no por ti.
Al verte mi corazón se apachurro. Se apachurro y quedo peor de lo que ya estaba. Esta vez no te demostraría que me estaba muriendo por dentro. Sonreí, te salude y acepte tu invitación. Trate actuar como si nada hubiera pasado, simplemente esta vez solo éramos "amigos." Tú me hablabas como si aun "fuera tu chica." No teníamos ni una hora juntos cuando preguntaste algo realmente estúpido: "¿Porque estas tan seria? ¿Qué te hice?" ¿Realmente era necesario preguntarme que me habías hecho? Me habías pisoteado, insultado, lastimado, y sobre todo me habías roto el corazón. ¿Eso no era suficiente para estar seria? Claro, yo no te pude haber dicho eso simplemente te dije que no me pasaba nada. Tú me respondiste con un abrazo, me besaste y dijiste "Te extrañaba..." No pudiste haber hecho algo peor. Diste el golpe final. Mi cabeza no sabía que pensar, mi corazón no sabía que sentir. Habías causado un huracán en mi misma. No sabía si seguir lo que decía mi corazón, o lo que decía mi mente.

Al final hice lo que creía correcto. Pase ocho horas contigo. Fueron las horas más eternas, raras, crueles, lindas, y confusas que he vivido. Me tratabas cómo tu novia pero aun así hablabas de ella. Me besabas, abrazabas, tomabas mi mano, todo era cómo antes… Sentía que había regresado ese cachito de corazón que me habían arrancado. Hasta que entro “esa llamada.” Todo lo lindo que habíamos pasado esas horas, se derrumbo fácilmente. Era ella. Recuerdo que te dije que si no colgabas me iría y las cosas ahí quedarían completamente enterradas para siempre. Me di la media vuelta y tomaste mi brazo. Tú mirada estaba llena de tristeza y confusión. No sabías que hacer. Me suplicabas que me quedara pero tenías una llamada pendiente. ¿Qué te podía decir? Tenía tantas ganas de darte un golpe para que te quedaras sin aire. Claro que no hice eso. Simplemente accedí, te espere, y me quede. Fue la peor estupidez que pude cometer en mi vida. Duraste unos cuantos minutos hablando con ella. Después decidiste que ya era mi turno de hablar. Te puse las cartas sobre la mesa, pero sobre todo te hice saber que había reconocido mis errores. Me dolió tanto el decir todo eso. Yo ya presentía que todo terminaría mal. Te pedí que por favor pensaras las cosas. Tú respondiste que me tendrías una respuesta antes de regresar a casa. No lo hiciste.
Me engañaste. Jamás me diste esa respuesta. Jugaste conmigo. Mientras tú estabas feliz de la vida, yo estaba muriéndome. Me tuviste como tu tonta. Me arrastre por una oportunidad. Olvide que tenía dignidad y sentía que sin ti me iba a morir. Gracias al cielo, no fue así. Sobreviví tus malos tratos, groserías, crueles palabras, mentiras, a tu falso amor. Podría tomarme el lujo de decir que fuiste un error en mi vida pero no lo fuiste. Simplemente fuiste una linda experiencia de la vida. Me hiciste reír, vivir, soñar, llorar, gritar, correr, caer, sonreír, hacer cosas que nunca creí hacer, pero sobre todo me enseñaste a amar. Me enseñaste lo hermoso que es amar y lo que es ser amado. Eso siempre te lo agradeceré. No sé si nuestra historia sea para siempre. No tengo la menor idea de que nos prepare el destino. La vida es tan espontanea que nos puede sorprender en cualquier momento. ¡Ahora que recuerdo! Hace poco revisaba mi correo electrónico y encontré unos mensajes tuyos. No lo niego me hizo recordar muchas cosas pero me hicieron sonreír. Nos decíamos tantas cosas tan bellas. Era como un cuento de hadas. Simplemente este cuento empezó a ver su final antes de que acabara por completo. En fin.
No sé si el destino nos tenga preparado un futuro juntos. Tal vez en algún momento de nuestras vidas volvemos a saber de nosotros. Tal vez en algunos cuantos años nos volvemos a encontrar. Tal vez tenemos que pasar por ciertas situaciones solos. Posiblemente tú necesitas aprender lecciones que yo ya aprendí. Realmente no se que vaya a pasar en un futuro. Si las circunstancias se dan y tenemos la oportunidad de volver a estar juntos de nuevo. Pues… Eso ya es algo que se verá en ese momento. Por el momento pongo un punto final a esta historia. Gracias por todo. Muchísimas gracias por las siguientes palabras “Bueno no me queda más que decir se feliz no dejas que nadie te reprima sueños, planes ni esperanzas :D tu eres la creadora de tu propio destino! :D Cada quien hace y se va por el camino que construye y como dicen cada quien tiene lo que merece :)” En estos momentos me doy cuenta de que es verdad lo que dijiste. Cada quien tiene lo que merece. Algunas veces tenemos que aprender a vivir con los errores que cometimos pero está en uno el querer remediarlos para poder vivir en paz. Lo único que queda es ser feliz, y aprender a bailar bajo la lluvia. Al final de todo esto la lluvia pasara y el sol volverá a salir.

No hay comentarios.:

.