sábado, septiembre 13, 2014

Hasta luego.

Te fuiste con una sonrisa y sabiendo que estarías al lado del amor de tu vida. Nosotros nos quedamos con los recuerdos; las risas, los abrazos, las bromas, las pláticas, tu aroma… y nadie niega que no te extrañamos. Nos haces mucha falta, pero estamos conscientes de que donde quiera que tú estés nos estás cuidando y nos jalas las orejas cuando es necesario. En estos 7 años que no has estado muchos hemos necesitado un abrazo de tu parte, unas palabras de aliento, un consejo, una sonrisa… Muchas cosas han cambiado para bien, algunas para mal, pero al final tienen su razón de ser. Hay días en los que desearía poder llamar al cielo para escuchar tu voz unos minutos más, hay días en los que reniego por que no estás pero… no puedo ser tan egoísta. Cumpliste todo lo que tenías aquí, y me alegra saber que donde quiera que estés eres feliz y estás como nueva. Tal vez no puedo hablar por lo que sienten los demás, pues sé que no sentimos lo mismo pero lo que yo sí puedo decir es que te extraño muchísimo, me (nos) haces falta, y hay días en los que hubiera querido que todo hubiese sido diferente pero es aquí cuando recuerdo lo que tú nos decías: “Las cosas pasan por algo.” Extraño tus abrazos y las súper deliciosas verdolagas que hacías ¡jijiji! Después de todo no me puedo quejar, tuve la oportunidad de vivir momentos maravillosos a tu lado, me (nos) enseñaste muchas cosas, me (nos) apoyaste, me (nos) diste consejos que ahora los valoro muchísimo, me (nos) viste crecer, y lo mas importante me (nos) quisiste sin peros, me (nos) quisiste como si no hubiera un mañana. Quisiera que hubiera una escalera lo suficientemente grande a donde quiera que estés para poder visitarte de vez en cuando… Te adoro, Lita.

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